31 DE agosto DE 2020
Ricardo Migueláñez. Ingeniero agrónomo
Los datos han hablado por sí solos, desde el 9 de marzo se pusieron a disposición de la población 4,5 millones de toneladas de alimentos y bebidas, lo que indica que los hogares españoles han consumido más de un millón de toneladas más respecto al mismo periodo en 2019. Por su parte el sector cárnico ha producido un total de 130.000 toneladas de carne semanalmente y 20.000 toneladas de productos cárnicos, en total, más de un millón de toneladas.
El consumidor español sigue llenando su cesta de productos frescos como la carne, frutas, hotalizas, legumbres o pescados. Estas tendencias de consumo, que concentran en el hogar por el cierre d ela hostelería, muestran que el consumidor español sigue apostando mayoritariamente por una alimentación saludable y equilibrada que le acercan a un patrón gastronómico tan valioso como la Dieta Mediterránea, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Un motor socioeconómico para superar la crisis actual
En España viven 2 millones de personas de la cadena ganadero-cárnica, incluyendo a los profesionales e industrias auxiliares y proveedores. La ganadería emplea de forma directa a más de medio millón de personas, mientras que las industrias cárnicas a 97.000 trabajadores y el comercio minorista a otros 75.000.
En la actualidad el sector ganadero de carne está compuesto por más de 350.000 granjas, que aportan 15.476 millones de euros a la Producción Final Agraria. Por su parte, el sector industrial cárnico está compuesto por un tejido de unas 2.800 empresas que, con una facturación de 26.882 millones de euros, representan el primer sector de la industria alimentaria, y el sector de carnicería-charcutería reúne a más de 25.000 empresas de suman ventas superiores a los 4.500 millones de euros.
Este sector es uno de los considerados esenciales y por eso ha mantenido su actividad a lo largo de la crisis del coronavirus, redoblando sus esfuerzos para mantener el suministro adecuado a la población. De esta manera, está logrando mantener empleos y puede constituir un importante apoyo para la recuperación social y económica que tiene que afrontar España a partir de la pandemia. Además, tanto las granjas como buena parte de las empresas cárnicas están ubicadas en el medio rural, donde contribuyen de forma importante a evitar el despoblamiento y generan riqueza, cohesión territorial y empleo.
Imprescindible contra el despoblamiento rural
Las crisis económicas que se han producido en España han castigado especialmente a las zonas rurales de nuestro país, facilitando el éxodo rural a las grandes ciudades. No obstante, los pueblos continúan siendo el hogar de muchas personas jóvenes que están empleadas dentro de la industria agroalimentaria que se desarrolla en esas zonas. Del mismo modo, esta industria genera multitud de puestos de trabajo indirectos, que se estiman en dos millones de personas.
Según Fernando Móner, presidente de la Confederación Estatal de Consumidores y Usuarios (CECU), "esta crisis sanitaria ha dado a conocer el trabajo que se hace desde el sector que era hasta ahora desconocido para la mayoría de los consumidores. Es momento de aprovechar esta oportunidad para que la sociedad conozca el sector".
Los actuales registros muestran que la ganadería no es la responsable principal del cambio climático
Durante el confinamiento se han registrado datos de descenso de los niveles de contaminación del aire que han puesto de manifiesto que la agricultura y la ganadería no son los mayores responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero, situándose por detrás de otras actividades como el transporte, la industria, la generación de electricidad o el consumo de combustibles.
Los sectores ganaderos registran emisiones como todas las actividades humanas y, conscientes de los retos medioambientales que afronta nuestra sociedad, trabajan cada día para ser parte de la solución y conseguir un modelo de transición ecológica global y producciones más sostenibles y con menor huella ambiental, contribuyendo al reto mundial de todos los actores económicos y sociales para garantizar un futuro sostenible para nuestro planeta.
Qué está haciedo la industria para reducir el impacto medio ambiental
El sector ganadero-cárnico español es uno de los más avanzados en el mundo en relación a la minimización del impacto medioambiental. En esta dirección, se está trabajando por ejemplo para reducir un 15% la huella de carbono en el sector vacuno, las emisiones de amoniaco (47%) y metano (54%) en el sector porcino, además, ya hay producciones como el ovino o el conejo que no tienen prácticamente emisiones. Por su parte, la industria cárnica evitó en 2019 la emisión de 57.901 tm de CO2, gracias al reciclado de sus envases.
El sector permite mantener importantes ecosistemas que no serían viables sin su utilización ganadera y que además los convierte en sumideros de carbono, como las dehesas y zonas de montaña, y el pastoreo es fundamental para la limpieza del monte y la prevención de los incendios forestales. Además, la ganadería es un ejemplo de economía circular, reutilizando para la alimentación del ganado residuos y subproductos de producciones vegetales para uso humano, o gestionando los estiércoles y purines como subproductos con una importante utilidad agronómica como fertilizantes orgánicos.
Una sociedad volcada con el medioambiente y el bienestar animal
Las encuestas realizadas los últimos años indican la preocupación de la sociedad por los aspectos éticos de las producciones, otro de los ejes de trabajo del sector.
La industria cárnica española se rige por el Modelo Europeo de Producción, uno de los más exigentes del mundo, basado en cuatro pilares: la seguridad alimentaria, la sanidad, el bienestar animal y la sostenibilidad. Los altos estándares de calidad y la constante monitorización de los procesos garantizan productos seguros, sanos y producidos atendiendo a criterios de sostenibilidad.
Por otra parte, España no solo cumple la exhaustiva normativa de la Unión Europea y nacional sobre bienestar animal, sino que además ha puesto en marcha una iniciativa pionera como es el Sello de "Compromiso Bienestar Animal", en el que participan todas las interprofesionales cárnicas y que establece exigencias y controles superiores a los de la propia legislación europea y nacional para una mayor garantía de cara al consumidor.
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