1 DE julio DE 2021
Los lácteos son productos importantes de nuestra Dieta en el contexto de una alimentación variada y siempre acompañada de la práctica de ejercicio físico regular. La leche y los productos lácteos constituyen un grupo de alimentos completo y equilibrado, ya que proporcionan un elevado contenido de nutrientes en relación con el contenido calórico, por lo que no deben faltar en nuestras neveras. Aportan proteínas de alto valor biológico, hidratos de carbono (lactosa), vitaminas liposolubles y minerales, especialmente calcio y fósforo. ¿Tenemos ante nosotros alimentos asequibles y cercanos, pero no suficientemente valorados ni reconocidos por la población española? En InLaC tenemos claros sus beneficios a tenor de la evidencia científica, que debe ser suficiente para contrarrestar tantos bulos y fakenews que circulan con argumentos poco razonados.
Las principales Guías en Alimentación establecidas por organismos nacionales e internacionales recomiendan tomar entre dos y cuatro raciones al día de lácteos, dependiendo de la edad y circunstancias de cada colectivo. En concreto, de 3 a 4 raciones por día sería lo aconsejado para la mujer durante embarazo y lactancia, en la adolescencia, para deportistas y personas de edad avanzada. Sin embargo, el consumo de los españoles está con frecuencia por debajo del recomendado, lo que se asocia con perjuicios nutricionales y riesgos para la salud.
Una ración de leche equivaldría a 200-250 mililitros (una taza o vaso), mientras que la ración de yogur serían 250 gramos (2 yogures). La porción de queso semicurado o curado rondaría los 30 gramos y, la de queso fresco, sobre 60 gramos. Con estas pautas, serían fácilmente alcanzables las tres raciones al día, de media. Los lácteos son alimentos de consumo diario y fundamental en las dietas atlántica y mediterránea, al aportar proteínas de alto valor biológico, además de importantes grasas, minerales (siendo la principal fuente de calcio) y vitaminas, tal y como exponen desde el Comité Científico, órgano asesor de InLac.
Por su parte, las proteínas de los lácteos tienen alta calidad biológica, es decir, son altamente aprovechables para el fortalecimiento y el mantenimiento de la masa muscular mientras que el calcio es clave para mantener una buena estructura ósea, para estar activo y en la práctica deportiva.
Las evidencias científicas para decir “sí” a los lácteos son amplias. Entre estos hitos, destacamos la publicación en 2019 de un suplemento en “Advances in Nutrition”, la tercera revista de Nutrición más importante del mundo, a partir de información coordinada por Ángel Gil (doctor en Biología, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Granada, y presidente de FINUT) y Rosa María Ortega (doctora en Farmacia y catedrática de Nutrición en la Universidad Complutense de Madrid), que revisa en profundidad a través de revisiones sistemáticas y metanálisis el valor de los lácteos en la nutrición humana en diferentes situaciones fisiológicas y en la prevención de las enfermedades crónicas. En este suplemento se concluye que la ingesta regular de leche y de productos lácteos se asocia con un mayor crecimiento y menor riesgo de obesidad en la infancia. En los adultos, el consumo se asocia con una mejora de la composición corporal y un riesgo reducido de mortalidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes de tipo 2 así como con menor riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer.
Entre las últimas evidencias científicas que refuerzan el valor de los lácteos o derriban mitos, se demuestra que los consumidores que beben de forma habitual grandes cantidades no tienen niveles elevados de colesterol, de acuerdo con un artículo publicado en el “International Journal of Obesity”, que analizó tres grandes estudios de población con más de 2 millones de personas.
En definitiva, los expertos aconsejan mantener pautas de alimentación equilibrada variada, satisfactoria, sostenible y compartida, junto a práctica regular de ejercicio físico, dando prioridad a los productos frescos asociados a la Dieta Mediterránea, en la línea de las recomendaciones de la Fundación Española de la Nutrición (FEN); la Fundación Española del Corazón (FEC) o la Academia Española de Nutrición y Dietética.
Desde INLAC, continuaremos poniendo en valor la leche y los productos lácteos de origen nacional, como leche, yogur, quesos, entre otros, destacando sus propiedades nutricionales y saludables, y recordando las contribuciones económicas, sociales y medioambientales imprescindibles de los operadores que forman parte de esta cadena. En este sentido, hemos logrado grandes avances en visibilización de los lácteos y sus profesionales a través de algunas de las más ambiciosas campañas de promoción de nuestra historia como “3 lácteos al día”, “Generación Láctea”, “Es Queso”, “Quesea”, “Teléfono Lácteo”... Actualmente diseñamos nuevas iniciativas que fomenten el valor de los lácteos entre los consumidores, ayuden a conocer “qué hay de bueno detrás de un vaso de leche, una porción de queso o un vaso de yogur- y respalden a nuestros “superalimentos”.
Más allá de sus reconocidos valores nutricionales de estos productos, el sector lácteo tiene una enorme importancia económica, social y medioambiental. La cadena de producción, transformación y comercialización, con 21.700 ganaderos con entregas, factura en torno a 13.000 millones de euros al año y genera más de 60.000 empleos directos. La labor de los productores es, asimismo, imprescindible para luchar contra la despoblación, cuidar los montes y ecosistemas rurales y prevenir los incendios forestales.
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