Los pésimos resultados de Los Verdes en las recientes elecciones de Austria, en los länders alemanes de Turingia y Brandeburgo, junto a los obtenidos en las elecciones al Parlamento Europeo, comienzan a marcar una tendencia que el mundo agrario, y el pesquero también, deben aprovechar, ya que posibilita la revisión de bastantes normas medioambientales de la UE, propiciando la presentación de las muchas, justas y obligadas reclamaciones, ante las estructuras medioambientales de la UE.
La revisión de la política sobre el lobo, que tanto daño ha causado en la cabaña ganadera, pasándose del “lobo intocable” a una racionalización de su población, es un buen paso para comenzar.
La UE forma parte de un mundo global con sensibilidades muy diferentes a la hora de producir alimentos, y esta obviedad no puede olvidarse, el jugar una liga mundial de sensibilidades para producirlos sería tan absurdo como contraproducente.
Se impone pues una revisión, tranquila, pero profunda de gran parte de la normativa medioambiental de la UE, en la que analicemos la legislación existente y las consecuencias de su aplicación, desde las granjas de ponedoras a las del cebo de chotos, pasando por las relacionadas con el ciclo del porcino, el ovino, lácteo etc.
Ir a lo razonable debe ser el objetivo, y nada más razonable que pretender dar continuidad a nuestra profesión y poder vivir de ella, junto al mantenimiento de la estructura empresarial agraria. Comencemos desmontando con dulzura a pesar de los vaticinios apocalípticos, que algunos grupos nos van a esgrimir con seguridad.
Conceptos claves como el rigorismo del bienestar de los animales, sin obviar cuestiones tan importantes como la producción de metano y por ende su incidencia en el cambio climático, el consumo de agua o el gasto energético entre otros, que estarán muy presentes en los debates, y que en ningún caso se deben abordar desde una óptica de victorias o derrotas, más que vencer hay que convencer. Conseguir un nuevo paradigma y escribir nuestro propio relato.
Y no sería malo, comenzar explicando lo logrado a lo largo de los siglos por agricultores y ganaderos en la conformación de muchos espacios naturales, ciñéndonos a la península Ibérica, numerosos bosques, entre ellos la Tierra de Pinares de Castilla León, la dehesa o los más exóticos palmerales de Levante entre otros muchos, son consecuencia de esta actuación.
La inmensa riqueza generada por el regadío, junto a la infraestructura hidráulica que este conlleva, han producido desde el punto de vista medioambiental, un aumento y diversificación de la flora y de la fauna en los territorios donde se actúa.
Y todo esto hay que contarlo, lo que requiere mucho desarrollo, mucha gente colaborando, mucha tenacidad y mucho debate y así nos podremos acercar a un nuevo relato más cercano y acorde con lo que ocurre y ocurrió.
Hay problemas, como la producción de metano, por ejemplo, que pueden y deben abordarse a la luz de la tecnología existente, ya que la transformación del metano en energía puede ser un camino para andar, las dimensiones de las instalaciones, las obligaciones de vertido de los purines y en general la compleja problemática que estos proyectos conllevan, deberán tener la oportuna respuesta legislativa que los viabilice.
Cuántas veces oímos, y con razón, que los incendios de los bosques se apagan en invierno, lo importante que es la limpieza de éstos y lo muchísimo que puede significar la apertura de los bosques a una utilización ganadera, que contribuyese a su limpieza.
Tampoco sobraría una política forestal que viabilizase la concentración de pequeñas parcelas, prácticamente abandonadas por sus dueños, en otras de unas dimensiones suficientes que despertaran su interés.
Alianzas productores-consumidores
La alianza de las producciones agrarias y pesqueras con los consumidores, debe y tiene que ser un objetivo permanente, que se manifieste en nuestras actuaciones, desde el principio, con acciones que ayuden a la elección de los productos al consumidor, y este pueda conocer su origen y composición, no de una manera nominal, sino real. Toda la rotulación tiene que ser legible, los orígenes también, lo que se quiere indicar con “eco” o “bio”, igualmente, y así un largo etcétera.
En la cadena alimentaria todos los eslabones son necesarios, pero ello no puede ser óbice para reconocer que hay eslabones más duros que otros, la metáfora bonita seria que algunos son de cristal y otros de acero, pero en aras de la necesaria concordia, dejémoslo como esta.
La tarea que se abre es inmensa, inmensa por su amplitud, pero más aun por su atractivo. Muchos jóvenes profesionales van a tener la oportunidad de dedicarle su esfuerzo y tiempo.
El mundo académico, tanto el implicado directamente, como las escuelas de ingeniería directamente relacionadas con la producción de alimentos, facultades de biología o veterinaria, como el más periférico que aborda estudios sociales e históricos, se le debe buscar su implicación, para ir definiendo el paradigma y escribir el nuevo relato.
Todos los eslabones de la cadena alimentaria disponen de recursos económicos suficientes, para articular los mecanismos de colaboración, aunque ciertamente, unos mucho más que otros.
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